domingo, 29 de mayo de 2011

Scarlet la heroína

Como muchos de mis amigos saben, la semana pasada mi perrita se convirtió en madre y tuvo dos lindos cachorros que nacieron en mi casa y hoy duermen y crecen cuidados por su amorosa madre. Creo que todos nosotros hemos leído historias de mujeres valientes que han hecho cosas admirables por sus hijos sin embargo esta nota no hablara hoy sobre estas madres. Es ver la devoción con la que mi perrita cuida de sus hijitos separándose de ellos únicamente para comer rápidamente e ir al baño que me hizo recordar una historia  que leí hace algún tiempo acerca de una madre que hizo algo más heroico que lo que la mayoría de madres hace.
Esta es la historia de Scarlet. Una madre que vivía con sus cinco hijos en un edificio abandonado de Brooklyn en la ciudad de New York. Fue la noche del 30 de Marzo de 1996 en que  el bombero  David Giannelli y sus compañeros acudieron a este edificio abandonado para sofocar un gran incendio que se había desatado allí. Luego de apagarlo, este bombero notó la presencia de una inusual familia que se encontraba a pocos pasos del incendio. Cuando el bombero se percató de esta familia, la escena que vio fue la de una madre que olía y contaba a sus cinco hijos. La madre era una gata de raza común que se encontraba en pésimo estado. Tenía los ojos hinchados y heridos, las patas quemadas y una gran parte de su pelaje quemado y enrojecido. Como no podía ver por el mal estado de sus ojos, contaba con la nariz a sus pequeños los cuales había rescatado del incendio, una vez terminado el conteo, la heroica madre colapsó.  El bombero rápidamente puso a la familia en una caja y la llevó a un albergue en donde fue recibida y atendida. Cuando los veterinarios vieron a los gatitos, pudieron determinar cual había sido el primero en ser rescatado y cual el último por la cantidad de quemaduras que tenía. La madre estuvo bajo muchos cuidados y afortunadamente después de unos días  se recuperó. Cuando el mundo se enteró de este episodio no pudo dejar de admirarse por el valor de esta madre que hizo a un lado su miedo natural al fuego y el humo y entró cinco veces al lugar del incendio para salvar a sus hijos. Scarlet que como sabemos significa rojo escarlata fue el sobrenombre que le pusieron en recuerdo al color de sus heridas cuando fue rescatada. La heroica Scarlet se convirtió en un símbolo del amor maternal y fue parte de una campaña anti aborto. El albergue que recibió y curó a Scarlet y sus hijos recibió más de siete mil cartas solicitando su adopción. Finalmente los gatitos fueron divididos en parejas y dados en adopción a familias de la ciudad y Scarlet también fue adoptada. En Octubre del 2008 Scarlet murió, luego de su muerte la liga de animales de North Shore creó el premio Scarlet para el Heroísmo Animal en honor a la valiente gata para premiar a animales que realizan actos heroicos en favor de otros animales o de seres humanos.
Cuando veo a mi pequeña Phoebe cuidar y alimentar a sus hijos, recuerdo a Scarlet y pienso que el amor de madre va más allá de la condición humana. Historias como la de Scarlet nos hacen reflexionar en esto y nos hacen recordar que los humanos tenemos mucho que aprender de los animales, los cuales en ocasiones demuestran mucho más amor, lealtad y  bondad que muchas personas.

jueves, 26 de mayo de 2011

Un ángel nuevamente


He escrito sobre ángeles anteriormente. En mi primera nota narraba algunas experiencias personales con ellos y comentaba sobre los diferentes arcángeles. Ayer me pasó algo muy interesante y hoy decidí escribir esta pequeña nota para compartir mi experiencia con ustedes
Quienes leyeron la nota anterior a esta saben que creo ciegamente en los ángeles y que pienso que mi angelito de la guarda  me acompaña siempre. Ayer me sucedieron dos cosas que hacen que mi fe en ellos se reafirme.  La primera fue que estuve todo el día muy atareada haciendo mi trabajo pero sobretodo preocupada porque tenía entregar una presentación en PowerPoint que requería que escanee varias figuras, les de animación y tenga cuidado con la calidad de la información que la presentación debía tener, si bien esto no es especialmente difícil  de hacer lo que me agobiaba era el poco tiempo que tenía para hacerlo y mi falta de conocimiento y experiencia  en escanear figuras, cambiar el formato a los archivos y editarlas. El caso es que cuando llegué a mi casa, seguí  la misma rutina de todos los días cuando llego y mi esposo no está, salude a mi perrita Phoebe y ahora a sus cachorritos y me dirigí a mi habitación en donde me saqué el reloj de pulsera y mi anillo de compromiso y de matrimonio. Me puse ropa más cómoda y empecé a hacer mi presentación. A eso de las 6:20 de la tarde dejé de hacer esto porque tenía que ir a dar clases al programa de ELT en donde enseño un curso. Cuando apurada me vestí  para salir busqué mis anillos y mi reloj. Solo encontré el reloj y me fui sin más. Fue ya en la noche cuando regresé y empecé a buscar mis anillos  que sucedió algo muy especial. Los estaba buscando en todos los lugares donde usualmente los dejo pero no los encontraba.  Entonces hice lo que siempre que no encuentro algo hago: le pedí a mi ángel que me ayude a encontrarlos y entonces sucedió. Sentí que debía de buscar en la basura. En mi casa hay varios pequeños depósitos para papeles y basura, hay uno  en el estudio,  otro en mi habitación  además del patio y el baño. Yo sentí que debía de buscarlos  allí aún cuando mi mente me decía que era bastante poco probable que estén en uno de estos depósitos. Como casi siempre trato de escuchar a mi corazón empecé a buscar primero en el estudio y luego me dirigí a mi habitación y oh sorpresa! Cuando metí la mano para buscar entre los papeles allí estaban mis dos anillos. No tengo una explicación lógica de cómo llegaron allí pero si sé que si no los hubiera encontrado anoche, la señora que los jueves viene a mi casa a ayudarme los hubiera botado hoy con la basura sin saberlo.

Otra  cosa interesante que me sucedió fue que como comentaba anteriormente, ayer tenía que ir a mis clases del  Cultural. Quienes viven o conocen  Arequipa saben que el tráfico es muy congestionado en  la avenida La Marina y San Lazaro por las noches, cuando salí de mi casa después de estar trabajando toda la tarde mi querido automóvil me dio la señal de que le faltaba gasolina, esto hizo que pierda casi 10 valiosos minutos en un grifo y que esté bastante retrasada para llegar a mi clase. Las clases que dicto son a un grupo de jóvenes que se entrenan por 10 meses para  ser profesores de inglés a los que en la anterior clase les había dado mi sermón de “los buenos profesores son puntuales y responsables” llamándoles la atención porque más de la mitad de ellos había llegado tarde. Entonces como  comprenderán yo no podía y no puedo de ninguna manera llegar tarde a mis clases. Y entonces mientras veía como el reloj avanzaba atrapada en el tráfico de la avenida La Marina le pedí a mi ángel: “por favor angelito despeja el camino, mira que he salido tarde porque estaba trabajando y no viendo televisión o descansando.” Quizás algunos crean que es una casualidad pero el tráfico como por arte de magia se despejó y pasé la avenida La Marina, la calle San Lazaro y la calle Peral sin mayores retrasos con un tráfico fluido a pesar de la hora al punto que llegué a mi clase cinco minutos temprano muy contenta .
Sé que muchas personas tienen experiencias parecidas a la mía y que como yo las atribuyen a la presencia de sus ángeles. Sé también que hay muchas otras personas que ven este tipo de experiencias como mera casualidad. Yo prefiero pensar que mi angelito me cuida y me ayuda cuando lo necesito. Y tú querido lector ¿qué piensas?


viernes, 20 de mayo de 2011

El sueño

La joven mujer, llamémosla Irene,  despertó pensando en él.  Lo había visto en sus sueños, recordaba  sus facciones, el timbre de su voz, el color de sus ojos  y también su ropa, una camisa celeste con finas rayas, un pantalón azul y  una pulsera que llevaba en la muñeca derecha.  Despertó con el recuerdo vivido de haberlo conocido, de haber conversado con él por primera vez, de haber congeniado y reído con este hombre de mirada dulce, amable y noble que a menudo sonreía pero que también denotaba un carácter fuerte y seguro.
Se levantó de la cama, se dirigió a la ducha y empezó su día como de costumbre. Una vez en su oficina se zambullo en el trabajo y no pensó más en su sueño. Fue durante el fin de semana cuando decidió aceptar la invitación de una amiga para ir al centro comercial a mirar tiendas y comer algo que sucedió. Mientras se dirigía al estacionamiento a recoger su auto, sintió una mano que le tocaba el hombro y una voz que le decía, “disculpa,  creo que esto es tuyo.” Al voltear lo vio, era él. El hombre de su sueño, vestía la misma ropa, llevaba la misma pulsera en la muñeca derecha y sonreía encantadoramente como en su sueño. Ella no atinaba a contestar y se limitó a sonreírle al joven hombre que le extendía un fino reloj de pulsera que al parecer ella había dejado caer sin darse cuenta. Irene tomo el reloj distraída sin dejar de mirarlo sorprendida.
Cuando por fin pudo articular palabras estas fueron: “Hola ¿te acuerdas de mi? soy Irene nos conocimos en un sueño”. El joven hombre sonrió y aun cuando podríamos pensar que su respuesta seria un rotundo "no, debes estar loca".  El le dijo: ”Claro que sí Irene. Sabía que te vería de nuevo. ¡Vamos te invito un café!”
Irene tomo la mano que él le ofrecía y lo acompaño a tomar un café. No sabemos con certeza si lo que sucedió después fue como un sueño pero si sabemos que Irene  y él estaban destinados a conocerse.

domingo, 8 de mayo de 2011

Una sensible guerrera

Ayer leí una nota que un querido amigo había escrito sobre su madre, eso me hizo pensar que también me gustaría escribir sobre la mía. Finalmente decidí escribir sobre mi querida abuela ya que es a partir de ella que mi madre se convirtió en la mujer fuerte y luchadora que siempre ha sido
Cuando pienso en mi abuela, la recuerdo gordita, con las mejillas rosadas, vistiendo una falda y blusa o vestido y sobre esto sus infaltables mandiles (mandiles que ella misma cosía) y sus legendarios zapatitos de tela con un pompón al frente los cuales todavía hoy se pueden comprar en Bata. Peinaba su largo cabello en un moño que sujetaba con unas anticuadas horquillas, horquillas que nunca más he visto usar a alguien.
La recuerdo preparando el almuerzo, limpiando su casa, atendiendo a sus conejos y gallinas y  a sus amados canarios pero sobretodo cuidándonos a todos, siempre preocupada por sus hijos y nietos y por los varios “hijos adoptivos” que tuvo, personas que la conocían y a quienes ella atendía y cuidaba como si fueran hijos propios. Y también la recuerdo viendo sus telenovelas por la tarde con las manos siempre ocupadas ya sea tejiendo, bordando  un mantel, pelando frutas para hacer mermelada, desgranando maíz para hacer tamales o amasando harina para preparar una torta.
Quien la hubiera visto así tranquila y relajada no hubiera imaginado que esa mujer cálida y de ojitos coquetones se había quedado viuda a los 24 años con 4 hijos pequeños en los brazos  sin familia ni dinero joven y bella pero muy sola.
Cuando esto sucedió, esta mujer decidió luchar por sus hijos y así lo hizo. Trabajo haciendo de todo desde atender en una tienda, arrendar una chacra para cultivar café y tener una concesión de cerveza hasta que finalmente decidió venirse a Arequipa con sus hijos en donde atendió ciegos en el Instituto de Ciegos, para luego  encontrar trabajo en la fábrica de tejidos Clisa en donde fue operaria por muchos años.  Además tejía a crochet, bordaba manteles a punto, cosía y hacia mermeladas y postres para ayudarse con los gastos del hogar. Sus hijos siempre tuvieron lo necesario, alimento, vestido y educación y una fuerte formación moral y religiosa. Con esa sabiduría práctica de mujer luchadora, mi abuela les enseño a ser personas honestas, trabajadoras y sobretodo a tener dignidad.
Si bien siempre estuvo sola, mi abuelo quién fue un médico e ingeniero alemán que salió de su país con un grupo de amigos buscando aventura y llegó al Perú luego de casi ser ejecutado en un país latino y que a pesar de haber sido alcalde en Quillabamba y trabajar como ingeniero en Cusco nunca compró ninguna propiedad pues siempre planeó volver a su país con su familia, fue una presencia constante en su vida. Recuerdo haber crecido escuchando las historias de mi abuela de como la noche anterior al terremoto del 50 ella se soñó que él venia y le decía: “No te muevas de este lugar (un pequeño puente que unía su casa con la calle principal) quédate aquí con tus hijos que nada te va a pasar”. A la mañana siguiente cuando el terremoto empezó, mi abuela recordó su sueño e hizo exactamente lo que su esposo le había dicho. No hay que decir que nada la sucedió a ella ni a sus hijos y que en su casa no se rompió ni un vaso. Quizás aún existan las fotos que le sacaron a su pequeña casita arrendada en los periódicos mostrando una de las pocas propiedades que no sufrió daño alguno durante el terremoto.
En otra ocasión, mientras viajaba con sus hijos en tren escuchó en sueños las voz de mi abuelo diciéndole: “Albina , despierta, despierta”. Al hacerlo asustada se dio cuenta de que el vagón en el que iban se había descarrilado y estaban por caerse al río Vilcanota. Alarmada despertó a los demás pasajeros y pudieron parar el vagón a tiempo.
Sucedió también que mi abuela lloraba porque no encontraba una cantidad de dinero que había ahorrado, no sabía con certeza si la había perdido o si se la habían robado. Esa noche en sueños su esposo le mostró a una anciana que vivía cerca de su casa y le explicó que ella había perdido el dinero y que esa señora lo había encontrado. Sus palabras fueron: “Ella lo necesitaba más que tú, pero yo te lo voy a devolver. Es un préstamo nomás.” A los pocos días un señor vino a hacerle un pedido en el negocio de concesión de cerveza que tenía cuya ganancia fue exactamente la cantidad de dinero que había perdido.
Como estas historias tenemos en mi familia muchas más que son contadas en almuerzos y reuniones. Yo recuerdo ver a mi abuela llorando en su cama con la rodilla vendada porque un motociclista la había arrollado. Ella no lloraba de dolor sino porque que se lamentaba no haberle hecho caso a mi abuelo quién en sueños le había llamado la atención porque ella salía todos los días al mercado. Mi pobre abuela se lamentaba no haber hecho caso del sueño y haber sido arrollada. O la ocasión en casi fue atropellada por un auto. Esto no sucedió gracias a que al escuchar la voz de mi abuelo que fuertemente llamaba su nombre se detuvo un segundo antes de que el auto doble la esquina a toda velocidad.
Cuando pienso en estas historias encuentro una explicación de porque siempre he creído  que esta vida no es todo lo que existe. Creo que cuando mi abuela murió su esposo vino a acompañarla como lo había hecho durante toda su vida.
Recuerdo que hace unos días comentaba con un amigo la diferencia entre ser sensible , fuerte y débil y hoy pienso en mi querida abuela, a menudo se la veía llorar mientras miraba sus telenovelas o cuando se enojaba u ofendía, quien así lo hacía podría haber pensado que ella era una mujer débil cuando no era así en absoluto. Esa mujer nos hizo a todos nosotros, ella nos creó con esfuerzo y dedicación, trabajo como un hombre por sus hijos, lucho contra las monjas que quisieron arrebatarle a dos de sus hijas cuando se quedó viuda, cultivo la tierra con sus peones en la chacra que arrendó y no por eso dejo su carácter sensible y alegre.
También comentaba como los hijos aprenden con el ejemplo y estoy muy de acuerdo. Pienso que cuando somos niños aprendemos inconscientemente de nuestros padres y abuelos como es la vida ya que ellos son nuestro primer modelo de esta. Siempre he creído que yo vengo de una familia de mujeres guerreras, mi abuela y mi madre viuda también me enseñaron que es posible ser muy sensible pero fuerte al mismo tiempo.
Esta nota tan personal es una manera de celebrar este día de la madre diciendo: Gracias mamá Albina por todo tu cariño y dedicación y porque gracias a ti hoy somos lo que somos.