miércoles, 29 de junio de 2011

De amor y desamor

El amor es un sentimiento idealizado por muchos. Cada día muchas personas sufren por él y muchas otras piensan que lo han encontrado. Pero ¿qué es el amor? ¿por qué tantas personas lo buscan? ¿existe un alma gemela?

Hace algún tiempo leí una leyenda judía y me gustaría contársela en esta nota. Según esta leyenda cuando dos almas son creadas en el cielo, un ángel declara: “Este hombre será para esta mujer”. Y entonces esas personas nacen en la tierra. Se dice que cuando este hombre y mujer se encuentren  en la tierra se reconocerán y  se enamorarán y así se convertirán en una sola unidad.

Existe además una leyenda griega que dice que en el pasado nuestros ancestros tenían cuatro brazos y cuatro piernas y que eran un  solo ser unido. Esta criatura era muy poderosa  ya que podía defenderse de sus enemigos mucho mejor porque  podía correr muy rápido y pelear con más fuerza además de que teniendo dos lados cada uno con su respectiva cara podía vigilar mejor y estar siempre alerta. Este ser despertó los celos de los dioses quienes un buen día decidieron partir en dos a tan especial criatura. Desde ese entonces, los humanos buscan a su otra mitad y dice la leyenda que una vez que la encuentran se unen nuevamente para volver a convertirse en un ser indestructible.

La idea de almas gemelas está altamente instituida en nuestra sociedad, leyendas como las que menciono anteriormente, cuentos de hadas, telenovelas  (especialmente las mejicanas), libros, novelas y poemas nos hablan de un amor perfecto y sin fin. Un amor que traspasa fronteras, ideologías, etnias, edad, etc. Pero ¿será que este amor existe?

Dentro de mi círculo de  amigos se encuentran personas que a menudo me dicen que el príncipe azul de los cuentos no existe, que el amor no es más que un proceso químico en donde los neurotransmisores como la dopamina, la serotonina y noradrenalina se encargan de desarrollar los diferentes procesos del enamoramiento. Estos amigos dicen además que el amor luego que termina su etapa de ebullición en donde todo es perfecto pasa a una etapa más real, en donde se va construyendo poco a poco a través de tener proyectos en común y objetivos claros. Pero que la persona ideal no existe, si no que más bien vamos convirtiéndonos en esa persona ideal de manera consciente y con trabajo constante.

Tengo por otro lado amigos y sobretodo amigas que aún sueñan con el amor perfecto, con aquella pareja designada por Dios para complementarlos y hacerlos felices por siempre. Alguien que es la persona perfecta para ellos siendo como es  sin necesidad de hacer ningún cambio en su personalidad o carácter porque ha sido designada desde siempre para ser su pareja.

Cuando reflexiono en  mí y mi relación con el amor, veo que he pasado por varias de las diferentes formas  de él, la de enamorarme inmaduramente idealizando al chico en cuestión, la del desamor en que lloré muchas noches y días no entendiendo porque él no me amaba como yo a él, la del apasionamiento irracional que no me dejaba ver que esa relación no tenía futuro y la del amor más maduro y racional que descubre que se puede construir una vida en común con alguien o al menos intentarlo.

La sociedad nos dice que cuando nos casamos debemos de estar con esa persona para siempre pero yo creo que “para siempre” es mucho tiempo y puede convertirse en una medida impuesta si es que descubres que estás con la persona equivocada. Creo que las relaciones no son “para siempre”, son "para hoy día” y así día a día hay personas que en la vejez descubren que efectivamente fue para siempre. Por otro lado creo  que por ninguna razón debemos resignarnos a ser infelices solo porque alguna vez dijimos que estaríamos juntos hasta que la muerte nos separe.  No es mi intención desanimar a quienes piensan que estarán para siempre con sus parejas, es simplemente reflexionar en que el amor así como muchas cosas importantes de la vida no es definitivo y no puede ser impuesto. Pienso que esa es una de las razones por las que muchas personas sufren por amor, porque basan su expectativa romántica es algo que no pueden controlar y porque cuando descubren que su esposo, esposa o pareja no estaba a la altura de sus expectativas y por lo tanto no era su alma gemela sienten que fracasaron. 

Creo que lo más importante es tratar de construir una vida junto a la persona que elegimos como pareja y también considero que debemos de ser lo suficientemente valientes, como alguna vez me lo comentó un buen amigo, para aceptar que nos equivocamos si así lo descubrimos.

Sufrir por amor es  parte del proceso de crecer y me parece importante siempre recordar que aún cuando una persona nos hizo sufrir en algún  momento, ese sufrimiento nos enseñó muchas cosas y nos ayudo a crecer y a ser quienes somos ahora. Entonces todas las personas con las que nos relacionamos durante nuestra vida fueron y son importantes y merecen nuestro agradecimiento de alguna manera. Espero de corazón que cuando nos veamos a nosotros mismos y quienes somos podamos reconocer a una persona más sabia y más dispuesta a aceptar el amor con sus buenas y no tan buenas cosas, disfrutarlo sin falsas expectativas, gozarlo y sufrirlo siendo capaces de decirle adiós con valentía si nos damos cuenta de que llegó a su fin.

viernes, 17 de junio de 2011

Mi padre

Mis recuerdos de niñez están llenos de la imagen de un hombre de mirada calma que llegaba a la casa silbando y nos saludaba sonriente. Recuerdo que mi hermano y yo siempre lo esperábamos y corríamos a recibirlo contentos de que hubiera llegado.
Al pensar en esa época vienen también a mi mente las muchas noches en que de niña  lo sentía venir hacía mi habitación a abrigarme y ver que estuviera bien y mientras fingía estar dormida lo escuchaba cantarme y llamarme: "Mi jirafa bonita!" o "Duérmase mi niña!"  mientras me acariciaba la cabeza.
Otra imagen clara que tengo de él es la de verlo siempre leyendo desde las grandes enciclopedias, libros de cultura general y libros de estrategias militares que atesoraba hasta sus famosas novelitas de cowboys. Nunca olvidaré las tardes que pasábamos sentados en un sillón leyendo y comiendo manzanas. Y sé con certeza que mi afición por la lectura viene de este recuerdo.
Mi padre fue un hombre honorable, honesto y bueno que aunque tuvo un trabajo que muchos consideran hace a las personas intolerantes y poco sensibles fue por el contrario un hombre que demostró mucha tolerancia, sensibilidad y amabilidad no solo con su familia sino también con las demás personas de su entorno. Mi padre era parte del servicio de inteligencia del ejército y amaba a su país y amaba a su familia y nos enseñó a ser buenos peruanos y buenas personas.
Cuando él murió dejo un vacío muy grande en mi vida.  En cada momento importante de esta siempre he tenido un momento para recordarlo, cuando terminé el colegio, cuando me gradué de la universidad, cuando enseñé mi primera clase, cuando me casé y aún ahora cuando algo bueno me sucede pienso que me gustaría que él estuviera conmigo para compartir mi alegría y también siento que lo he necesitado muchas veces para compartir con él mis penas.
Una vez leí que las mujeres inconscientemente buscamos para pareja a un hombre que se parezca a nuestro padre ya que ese es nuestro primer modelo de cómo debe de ser un hombre y estoy de acuerdo. Creo que mi padre me enseñó que un buen hombre debe ser honesto, leal y noble.  Que debe amar y proteger a su familia y que puede ser fuerte sin dejar de ser sensible.
Ese hombre sencillo que me llevaba de la mano al parque los domingos y jugaba conmigo fue el mejor hombre que he conocido y lo que me enseñó siempre ha sido la guía que dirige mi vida.