martes, 8 de marzo de 2011

¿Por qué no tienes hijos?


"Miss, ¿por qué no tienes hijos?" me preguntaron mis alumnos el otro día, así de frente sin recatos sociales y con esa espontaneidad tan propia de los niños. Y aún cuando me han preguntado lo mismo en cientos de ocasiones, esta vez la pregunta fue tan inesperada  y de repente que no pude decir mí tan bien aprendido discurso de: "Todavía no es el momento y  tanto mi esposo como yo estamos bien así", entonces les respondí algo que me salió genuinamente: “Porque estoy esperando que Dios se acuerde de mi”. La respuesta pareció satisfacerlos y dejaron el asunto ahí.

Sin embargo yo si que me quede pensando en ella. Desde niña soñaba con tener hijos, supongo que en gran parte se debió  a que en  mi muy tradicional familia las cosas seguían ese ciclo: trabajar, casarse, tener hijos y vivir lo mejor que se pueda, este hecho estaba sumado a mi vasta cultura en telenovelas mexicanas muy cercanamente monitoreada por mi querida abuela. Entonces crecí pensando que yo también lo seguiría. Y hasta ahora casi lo he hecho, trabajo, me casé pero no tengo hijos.

Cuando cambié mi estado civil de soltera a casada, supuse inmediatamente que después del primer año quedaría embarazada pero no fue así. Acudí al doctor quien me dio una larga lista de pruebas y análisis médicos que realicé poco a poco. Debo decir que a la fecha tantos doctores, enfermeras y técnicos de laboratorio me han visto por dentro y por fuera que creo que ya no me queda recato alguno.  Al final resultó que tanto mi esposo como yo estábamos perfectamente saludables y que era solo cuestión de esperar a que Dios se acuerde de nosotros (he ahí la razón de mi respuesta).

Esperé un año, dos años y ya llevo esperando 5 años solo que durante este tiempo de espera mi anhelado sueño de niñez ha ido cambiando y a menudo siento que quizás no conozca a este hijo en esta vida.  He encontrado en estos cinco años gente bien intencionada de todo tipo que me ha contado muchas historias de mujeres que no podían embarazarse y finalmente lo hicieron, me han recomendado toda clase de doctores, chamanes, caldos de rana, tomar leche con hierbabuena después del acto sexual pero ojo, sin levantarse de la cama, “que te la traiga tú esposo” me dijo la buena señora que me dio el consejo, pociones y brebajes que si hubiera hecho caso de todos los consejos a este punto de seguro tendría  unos 8 hijos.  Sin embargo, aparte de agradecer el no solicitado consejo nunca he hecho nada más. Muchas amigas me conminan ha hacer todo lo posible para que en el futuro no sienta que no lo intenté hasta el final, pero no lo siento así.  En parte porque a menudo puedo ver a estas mismas amigas agobiadas por causa de sus propios hijos y cuando les comento lo complicado que parece tenerlos, la respuesta inmediata es: “Pero son lindos” “Pero es lo más hermoso del mundo” y cosas por el estilo. Yo sonrío pero pienso si de verdad lo creen o solo lo dicen porque es la respuesta que se espera de cualquier madre abnegada. 


Creo que los hijos llegan cuando deben de hacerlo y que si hasta ahora no ha sido así es porque no es el tiempo correcto. Irónicamente sé por otro lado que soy madre y siento que siempre lo he sido. Puedo en el silencio de la noche conversar con mi hijo no nacido de quién tengo una clara imagen y cuando le pido a Dios sobre esto no le pido que me cure (de algún mal no descubierto por los doctores) o quedar embarazada, le pido la paciencia de esperar a que llegue, si no es en esta vida entonces en la siguiente.

Aún cuando muchas personas escépticas o netamente racionales me tilden de ilusa, creo sinceramente que nuestra vida ahora es solo la pieza de un mosaico más grande, el cuál no podemos ver en su totalidad. Siento que el no haber tenido un hijo hasta ahora persigue un propósito más grande que solo el de seguir el ciclo de esta sociedad (casarse y tener hijos). Entonces seguiré esperando mientras trato de encontrar este propósito confiando en que Dios, el universo, la vida o como cada quien prefiera llamarlo me de las señales necesarias para entenderlo.
Y si un día mi amado hijo finalmente llega, lo recibiré con mucho amor, si no lo hace lo amaré igual aunque solo pueda verlo en mi alma.

El Inicio

Mis Reflexiones a Mitad del Camino me pareció un bonito nombre para este blog. Lo escogí porque creo que después de más de 30 años de vida es tiempo de reflexionar acerca de ella, es también tiempo de pensar en las personas que han pasado durante estos años y en los acontecimientos especiales y cotidianos que me hacen maravillarme, sonreír, sorprenderme y en ocasiones llorar.
Creo que escribir es una experiencia muy personal que si bien generalmente se hace para que lo escrito sea leído por otros, también se hace para conocernos mejor a nosotros mismos. Es por esta razón que inicio este blog, en un afán de conocerme a mi misma escribiendo sobre lo vivido y aprendido hasta este punto de mi vida.
Como dice Shirley MacLaine en su libro Out on a Limb, si la búsqueda de mi yo interior sirve para que el lector también se encuentre a si mismo, entonces seré recompensada. Pero mi primera recompensa será este viaje dentro de mi misma, el único que de verdad vale la pena. Y si para mi fortuna este blog es leído y comentado por alguien más entonces estaré doblemente agradecida a la vida.