Creo que las relaciones sean estas de amistad, de amor, de familia son como una fina hoja de papel. Cuando la estrujas queda llena de arrugas y marcas. Con el tiempo puedes tratar de estirarla, alisarla e incluso plancharla pero esta fina hoja ya no queda igual. Siempre quedarán las huellas y lo único que se puede hacer es aceptarla como es ahora y seguir viendo su belleza a pesar de sus marcas.
En mi vida he tenido algunas hojas de papel como la que describo y hoy en día tengo ante mí una de estas. Una especial y que quiero mucho. Una que por segunda vez ha sido estrujada y cuándo pienso si fui yo quién lo hizo o si fue la otra persona llego a la conclusión que no fuimos ninguno de los dos. Fue la vida y el ser quienes somos quién lo hizo. No sé con certeza si intentaremos alisarla esta vez o si es mejor dejarla como está. Solo sé que por esta vez no haré nada más que esperar. Esperar a que lo que tenga que suceder suceda confiando en que el cariño sea lo suficientemente fuerte como para soportar esta nueva tormenta.