sábado, 16 de abril de 2011

El por qué de mis preguntas

En los últimos días he puesto en el muro de mi Facebook algunas preguntas acerca de tradiciones o costumbres cotidianas, siglas en inglés de uso común como USB y una pregunta acerca del porqué de la disposición de las letras en los teclados de una computadora. La razón de estos posts no es la hacer gala de mi amplia cultura, la cual no es tan amplia y hasta se podría decir que bastante elemental en algunos aspectos en comparación a la de algunas personas que conozco. Estas preguntas fueron el preámbulo a esta nota. 
Cuando pensamos en cuantas tradiciones y costumbres seguimos sin cuestionar, en cuantas palabras decimos sin realmente saber su significado y en cuantas cosas asumimos como normales nos damos cuenta de que mucho de lo seguido, dicho y asumido tiene una razón por lo general distinta a lo que pensamos  y que en ocasiones es bastante sorprendente.  Y si llevamos este razonamiento a otros campos como la sexualidad, la religión, la diferencia entre hombres y mujeres, las diferencias raciales, etc nos podremos dar cuenta de que mucho de lo que creemos no está basado en nuestra experiencia personal sino más bien en aquello que nuestros padres y maestros nos enseñaron de niños,  lo que la sociedad, nuestros amigos, compañeros de trabajo y en general las personas que llegaron a nuestra vida nos enseñaron, y que también les fue enseñado a ellos. El propósito de esta nota es el de hacer una reflexión: ¿Qué tan cierto es aquello que nos han enseñado? Qué tanto se aplica a mi ahora? ¿Qué hay detrás de esta o aquella regla social o creencia religiosa? ¿Debería de seguirla porque todos lo hacen o debería de cuestionarla?
Quizás algunos lectores piensen que esta reflexión tiene un carácter  anarquista, que la sociedad y la religión son necesarias para que podamos vivir en comunidad como personas normales y pienso que es verdad en parte. Pero y sin ánimo de querer incitar a la anarquía me pregunto: ¿Qué es “normal”? ¿Quién dijo cuál era la medida de lo normal, de lo correcto, lo bueno y lo malo? Quien sea que lo hizo no fue muy exitoso en mi opinión porque la vida y la sociedad a pesar de ser “normal” hoy en día, no es precisamente el ideal que se espera y muchas personas viven sometidas a reglas y prejuicios sociales que siguen y respetan aún cuando su naturaleza les dice que no es lo mejor.
Espero querido lector que esta nota despierte en ti la curiosidad de saber  si aquello en lo que crees lo crees porque así lo sientes o porque se te dijo que así debería ser. Este cuestionar motiva diariamente a muchas personas que no se conforman con lo “normal” y a quienes en ocasiones se las tilda de locos y esta es mi última pregunta: ¿Quién es más loco, aquel que sigue a los demás solo porque todos lo hacen o aquel que no sigue a los demás, que cuestiona las verdades de los demás  y las propias y sigue a su corazón y lo que siente que es correcto sabiendo que dentro de nosotros nuestra bondad natural siempre nos indicará el mejor camino?