viernes, 13 de enero de 2012

Los sueños

Este año decidí que iba a hacer algunos de mis sueños realidad y creo que como siempre atraemos aquello en lo que más pensamos encuentro a mi alrededor personas que me hablan de querer cambiar, de querer hacer realidad sus sueños al igual que yo y de querer ser felices por ellas mismas y no a partir de otras personas.
Hoy una muy buena amiga empezó a estudiar otro idioma, el cual ella ve como el inicio de una nueva vida en otro país. Otra muy querida amiga acaba de renunciar al trabajo que hizo por diez años para poner un negocio y al conversar con ella su comentario fue: hasta antes de renunciar yo estaba muerta en vida y ahora quiero vivir y me voy a arriesgar.
Tengo amigos que se han ido hace poco a otros países a luchar por su sueño allá. Una amiga acaba de dar su examen de manejo para poder sacar su licencia de conducir y así empezar un trámite que la llevará a realizar su sueño. Mi propio esposo lucha cada día por lograr el suyo y cuando las cosas no le salen bien yo le digo: haz  deseado tanto esto, no te desanimes y verás que todo mejorará.
Y entonces cuando veo a estas personas y converso con ellas pienso en algo que leí una vez en un artículo: en lugar de preguntarle únicamente a un niño qué quiere ser de grande, pregúntale sobre todos sus sueños y recuérdaselos cuando sea grande ya que conforme vamos creciendo tendemos a olvidar que soñabamos de niños.
Yo no recuerdo que soñaba de niña pero si sé hoy claramente que quiero. Y  he logrado después de algún tiempo definir este algo. Pienso que el primer paso para lograr tus sueños es precisamente eso: definir claramente que quieres. Esta definición debe ser de forma muy  específica debe incluir fechas, lugares, cantidades, etc. Una vez que has definido tus sueños debemos tener la convicción de que se harán realidad. Pienso que para tener esta convicción necesitamos sentirnos cómodos con nuestro sueño. Cómodos en el sentido de que aquello que decimos querer debe hacernos sentir paz y alegría y no debe causarnos ansiedad de pensar en cómo lo lograremos y por supuesto debe ser algo que no dañe a ninguna persona. Pienso además que es bueno resumir nuestro sueño en una sola frase que reúna específicamente lo que queremos y que podamos repetirnos fácilmente una y otra vez. Y finalmente creo que debemos ser valientes para soñar. Hace algún tiempo otro buen amigo me dijo que él prefería no hablar de sus sueños porque tal vez no era lo suficientemente valiente para pensar en ellos. Creo que quienes triunfan son aquellos que luchan por sus sueños pero sobretodo son aquellos que los viven cuando se vuelven realidad. Yo misma he pasado por la experiencia de no realizar dos grandes sueños porque cuando vi que estaban por volverse realidad no tuve el valor de aceptarlos y di un paso atrás. Hoy  he decidido tener el coraje de luchar por lo que quiero y de disfrutarlo cuando lo tenga.
Te ánimo querido lector a definir tus sueños, a decretarlos, a soñarlos, a trabajar por ellos y a vivirlos cuando estos lleguen. Nuestros sueños nos llenan el alma, nos dan un horizonte hacía donde dirigirnos, nos hacen sentir vivos. Recuerda si es posible que soñabas de niño y si no puedes hacerlo invéntate sueños nuevos hoy. Te deseo mucha suerte y espero estar cerca de ti para poder compartirlos contigo.

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