domingo, 9 de octubre de 2011

Hay una canción en mi cabeza

Hoy cuando desperté sonaba en la radio de mi casa una canción que al escucharla me hizo regresar a unos meses atrás. Mientras la escuchaba recordé como me sentía en esos días, que hacía, que pensaba y me vi a mi misma y a otras personas que compartieron sin saberlo conmigo esos tiempos.
Coincidentemente mientras manejaba mi auto escuché un programa de radio llamado “Hay una canción en mi cabeza” de radio Oxígeno, en este programa radial se invita a personas famosas a que compartan con la audiencia las diferentes canciones que marcaron sus vidas. Estos dos hechos me hicieron decidir escribir esta nota y pensar en las canciones que me han acompañado o como leí en un post a través del Facebook el otro día: en los soundtracks de mi vida.

Primeramente debo decir que a diferencia de varias personas yo no suelo dedicarle canciones a personas especiales sean estos familiares, amigos o parejas. Puedo asegurar sin temor a equivocarme que en toda mi vida solo le he regalado una canción a una sola persona hace un corto tiempo fuera de esto nunca más lo he hecho. Cuando pienso en canciones pienso en aquellas que escuchaba en un determinado momento de mi vida y que al oírlas hoy me hacen sentir y vivir nuevamente ese momento.

Las canciones que definitivamente me hacen retroceder a mi niñez son sin duda las de Yola Polastri. Recuerdo claramente hacer mis tareas del colegio al son Soy una Pantera y aún hoy recuerdo el estribillo que dice: “Soy una pantera que vive feliz, tengo mil motivos para sonreír, la vida es hermosa de color de rosa todo es alegría para mi” y el inolvidable Cepillin y puedo verme sentada en la mesa del comedor de mi casa con mi cuaderno abierto y mi lápiz de carboncillo negro y el obligatorio lápiz de color rojo para marcar las letras mayúsculas y los signos de puntuación.
Cuando escucho a Yola también recuerdo a mi amada madre y mi abuela y las veo sonreír mientras yo saltaba y daba vueltas reproduciendo las coreografías y soñando con convertirme en una de las “burbujitas”

Mi adolescencia estuvo marcada por Luis Miguel que me hacía suspirar por el chico de mis sueños de esa época, con Michael Jackson y sus alucinantes coreografías, con Queen infaltable en las fiestas, con Soda Stereo, la lambada, la sexy y rebelde Madonna, Chicago, Cindy Lauper y los chicos de  The New Kids on the Block solo por nombrar a algunos y cuando los menciono recuerdo mis días de colegio y me veo yendo a mis clases de inglés por las tardes caminando contenta mientras cruzaba el Parque Mayta Capac, me veo también en las fiestas de quince años cuando me preocupaba por tener el vestido perfecto y recuerdo como me sentía en esos años en que empezaba a descubrir quién era yo.

Fueron Gianmarco, Air Supply cuyas letras de canciones recuerdo copiar a mano una por una y guardarlas como tesoros, Ace of Base, Vanilla Ice, Phill Collins, Vilma Palma e Vampiros, Juan Luis Guerra, Los Ilegales, Los Prisioneros, The Sacados, Mana, Fito Paez y Eros Ramozzotti entre otros quienes me hacen verme saliendo de la universidad riendo con mis amigas, reuniéndonos en alguna casa para hacer un trabajo, soñando con otro chico, bailando rap disfrazada de un huevo gigante en el concurso de baile entre facultades y soñando con conquistar el mundo.

Ya mientras trabajaba en el Cultural eran Santana, Shania Twain, Green Day, Celine Dion, Erasure, The Cranberries, Tiziano Ferro, Miguel Bose con su Morena Mía, nuevamente Eros Ramazzotti, Pedro Suarez Vertiz, Red Hot Chilly Peppers, U2, Robbie Williams además de muchos otros quienes me hacen pensar en mis noches en la discoteca Forum o me veo tomando un trago en la Casa de Klaus, en mis alumnos y en las muchas canciones que cantabamos en clase y en mis amigos y compañeros de trabajo.

Sin duda Enya, Enigma y Alanis Morrissette me recuerdan mis primeros años de casada cuando las escuchaba en mi mini departamento mientras me esmeraba por cocinar el platillo recién aprendido y esperaba ansiosa a que mi esposo me dé el visto bueno.

Como muchos de nosotros tengo canciones específicas que me hacen recordar a personas específicas que como quizás te estés imaginando querido lector son por lo general a los hombres de mi vida. Cuando las escucho los recuerdo con cariño y recuerdo quién era yo en esa época.

Hoy escucho de todo un poco y como la mayoría de nosotros esto depende de mi ánimo y de la situación. Como le comentaba a un amigo hace poco no tengo un cantante o estilo de música preferido y siento que en este tema tengo muchísimo que aprender sin embargo y al igual que a todos, la música ha acompañado mi vida y me ha hecho saltar, bailar, cantar a voz en cuello, enamorarme, me ha acompañado en mis noches de pena por un amor no correspondido, me ha acompañado en mis momentos de alegría por el primer beso esperado y soñado, ha estado conmigo en mis momentos de triunfo y en mis derrotas y me hace pensar en los que quiero, en los que me quieren y en lo buena que es la vida.  





  

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